El Ayuntamiento de Madrid ha elaborado una serie de recomendaciones para garantizar la seguridad de los edificios y el funcionamiento de las viviendas tras el paso de la borrasca Filomena por la ciudad
Seguridad de los edificios
- Daños estructurales: “La normativa marca una sobrecarga de nieve de 100 kg/m2 por lo que, en edificios sin patologías previas, tendría que haber más de 80 centímetros de nieve acumulada en terrazas, cornisas o voladizos para que las cargas supusieran riesgo de derrumbe”, explica Fuentes. Sin embargo, el envejecimiento de los materiales puede causar problemas estructurales. Por eso, es importante vigilar cualquier tipo de grieta que pueda aparecer estos días y, en ese caso, consultar con un técnico especialista que evalúe la situación.
- Fachadas y elementos exteriores: La acumulación de mucha nieve en equipos de aire acondicionado, jardineras, toldos desplegados, antenas parabólicas, barandillas y demás elementos que sobresalen de las fachadas podría provocar el desprendimiento de esos elementos si no están bien anclados. Por eso, se recomienda retirar la nieve almacenada en los mismos y que les provoca el sobrepeso antes de que se convierta en hielo. Esta retirada debe efectuarse en condiciones de seguridad y comprobando previamente que no provoque daños en los viandantes ni en las viviendas inferiores.
- Cubiertas: En el caso de las cubiertas inclinadas, suelen estar preparadas para soportar la carga de la nevada. Los problemas pueden derivarse de canalones en mal estado o del movimiento de las tejas. En cualquier caso, no se debe realizar acción alguna hasta que se pueda acceder a la cubierta con toda seguridad. Es muy importante no subir ni caminar por los tejados en la situación actual de nieve y hielo. En el caso de las cubiertas planas, se habrá acumulado gran cantidad de nieve. Es conveniente, mientras que la nieve esté blanda y pueda manipularse con seguridad, que se retire de los sumideros existentes para que trague bien el agua del deshielo los próximos días.
- Jardines y zonas exteriores: Hay que tener especial cuidado en las zonas en las que haya arbolado por el desprendimiento de ramas. Es importante evitar el paso por debajo de los árboles y, si es posible, señalizar un camino o las zonas peligrosas.
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