El Govern ha iniciado la tramitación del anteproyecto de ley para modificar la ley de turismo

Esta modificación tiene dos objetivos: hacer efectivo el principio de intercambio de plazas para establecer un techo real de plazas turísticas, y regular adecuadamente la comercialización de estancias turísticas en viviendas (el llamado «alquiler turístico»).

La legislación turística actual establece el principio de intercambio de plazas: para dar de alta nuevas plazas turísticas se tienen que dar de baja otras previamente. Ahora bien, este principio no es de aplicación universal, dado que la ley establece numerosas excepciones: los hoteles de 5 estrellas, los hoteles de ciudad, los agroturismos, los hoteles rurales… están exentos de comprar plazas turísticas a las bolsas insulares de plazas turísticas (o de aportar de obsoletas que se den de baja). Las viviendas de alquiler turístico también están exentos. Además de las excepciones legales, también hay una oferta ilegal que, obviamente, tampoco queda sujeta al principio de intercambio de plazas (es especialmente relevante el relativamente reciente incremento del número de viviendas que comercializan estancias turísticas al margen de la normativa). Todo esto hace que, hoy por hoy, no exista un techo real de plazas turísticas en las Islas Baleares.

Este hecho está directamente relacionado con el incremento progresivo del número de turistas que nos visitan, fenómeno que se viene observando los últimos años y que se prevé que se continúe produciendose (según estudios sobre proyecciones del Índice de Presión Humana). La masificación turística creciente aumenta la presión en el territorio y los recursos, y acaba provocando una reacción de rechazo en una parte creciente de la población residente, especialmente los meses de verano, y también una insatisfacción entre los visitantes.

Por otro lado, la ley de turismo actualmente en vigor no resuelve adecuadamente la regulación de la comercialización de estancias turísticas en viviendas: sólo está permitido el alquiler turístico a las viviendas unifamiliares, mientras que en los edificios plurifamiliares está prohibido. Esto provoca un agravio comparativo:¿ por qué las casas y chalés sí se pueden alquilar a turistas y los pisos y apartamentos no?

Además, como ya se ha apuntado, la realidad es que los últimos años está aumentando el fenómeno del alquiler turístico, especialmente en pisos, al margen de la normativa (y, por lo tanto, escapando a las obligaciones tributarias, de requisitos de calidad, etc). Hay una demanda creciente de este tipo de turismo, y la proliferación de esta oferta no reglada provoca una serie de problemas, básicamente de dos tipos:

  1. Problemas de convivencia con los vecinos. Se mezclan los usos residencial y turístico al margen de la normativa urbanística, y además sin que las comunidades de vecinos tengan instrumentos adecuados para defenderse frente a estos problemas.
  2. Una distorsión del mercado de la vivienda. El aumento del número de viviendas que se dejan de alquilar a residentes y se destinan al alquiler turístico provoca un incremento del precio del alquiler residencial que, sobre todo en determinadas zonas urbanas, dificulta el acceso a la vivienda para parte de residentes y trabajadores.

La normativa se ha demostrado ineficaz: hay una demanda no atendida, que genera una oferta ilegal. La realidad ha pasado por encima de la actual ley de turismo. Se tiene que poner orden.

En resumen:

  1. La normativa actual no garantiza un techo real de plazas turísticas, y la oferta turística (tanto la reglada como la no reglada) continúa creciendo año tras año.
  2. La normativa turística no es igual para todos (en hoteles y casas unifamiliares se puede llevar a cabo una actividad turística, pero a los pisos no está permitida; hay establecimientos que tienen que pagar las plazas turísticas y otros no están obligados; etc).
  3. La ley no está dando respuesta a una realidad existente: hay una demanda de turismo que quiere alojarse en viviendas (tanto casas como pisos), y en paralelo crece una oferta ilegal.
  4. El crecimiento del fenómeno del alquiler turístico provoca problemas de acceso a la vivienda por parte de residentes y trabajadores.
  5. El crecimiento incontrolado de la oferta ilegal de pisos y apartamentos turísticos provoca problemas y de convivencia entre vecinos y turistas.

Objetivos de la nueva Ley de alquiler turístico

  • ESTABLECER UN TECHO DE PLAZAS TURÍSTICAS. No sólo del sector del llamado «alquiler turístico», sino de plazas turísticas en general, para contribuir a evitar una saturación turística que perjudicaría el sector y la sociedad en general.
  • PONER ORDEN EN EL ALQUILER TURÍSTICO. Mejorar la normativa actual y regular el alquiler turístico en edificios plurifamiliares, una realidad existente a pesar de la prohibición. Se hace en cumplimiento de los #AcordsPelCanvi y para no establecer agravios.
  • GARANTIZAR EL ACCESO A LA VIVIENDA, que en algunas zonas se ha complicado por el incremento de pisos destinados al alquiler vacacional, hecho que ha provocado una reducción de la oferta de pisos de alquiler para residentes y, de rebote, un incremento de los precios de los alquileres, que los hace inaccesible para determinados sectores sociales.

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