ADECES señala siete tareas pendientes: normativas homologables a nivel europeo, alta exigencia de los organismos certificadores, inspección, fiscalidad, formación, conocimiento y asesoría
ADECES (Asociación Pro Derechos Civiles Económicos y Sociales) considera que el sector de la construcción debe afrontar los retos de su profesionalización para que la edificación contribuya al crecimiento económico. Según la asociación el sector tiene siete tareas pendientes para estar más profesionalizado: exigencias normativas homologables a la UE, exigencia de los organismos certificadores, inspección, transparencia fiscal, formación, conocimiento y asesoría. La satisfacción de estos retos requiere la voluntad política de los gobiernos y organismos públicos y la implicación del sector privado en toda la cadena de valor.
Normas homologables
Según ADECES, España debe realizar un importante esfuerzo normativo para equiparar sus normas al nivel de los países más desarrollados de la UE. De este modo la norma se convierte en referente y, en consecuencia, en estímulo para la profesionalización del sector, favoreciendo el desarrollo de las mejores técnicas y promoviendo el conocimiento.
No ha sido así, por ejemplo, en la reciente actualización del apartado térmico del CTE (DB HE) que ha reiterado una vez más la permisividad española con el derroche energético, alejándonos de la convergencia con Europa, a pesar de los discursos oficiales. Somos un país energéticamente “pobre “, altamente dependiente y el despilfarro energético no puede permitirse.
Se intenta, mediante normas relajadas, favorecer el crecimiento del sector de la edificación. Sin embargo, este crecimiento no va a venir de la mano de normas más permisivas ni de la nueva construcción, sino mediante la rehabilitación que debe satisfacer normas más exigentes.
Organismos certificadores exigentes
Lo mismo cabe decir de la labor de los organismos certificadores que no deben relajar sus procedimientos de certificación de productos o instalaciones. La crisis no puede convertirse en la gran excusa para devaluar estos procedimientos porque con ello en realidad lo que se acabará devaluando es la confianza de los consumidores en las marcas que estos organismos otorgan, además de pervertir la competencia entre aquellos a los que los procedimientos exigen certificaciones de calidad, controles periódicos, auditorías, verificaciones por terceros, etc. y quienes ven relajados hasta casi la inexistencia estos mecanismos de control.
Inspección
Es imprescindible complementar los controles ex ante con otros sistemas de inspección in situ que verifiquen si el proyecto se acomoda a lo aprobado; y si lo aprobado cumple con lo estipulado normativamente. Tener normas y procedimientos sin mecanismos de control administrativo es una invitación a la mala ejecución y a la lesión de los derechos de los usuarios.
Fiscalidad
La participación en las cargas impositivas del Estado, la transparencia en materia fiscal de profesionales y empresas es un requisito sine qua non para optar a articular ayudas públicas al sector como las que se dirigen a otros sectores económicos, como el automóvil. La rehabilitación, por ejemplo, necesita de planes de estímulo públicos para poder convertirse en la actividad motora de la construcción en tiempos de crisis.
Es evidente que dar con el sistema impositivo que promueva la transparencia fiscal es una cuestión del Estado, pero también es una aptitud profesional y toda la cadena de valor del sector de la contrucción debe incorporarse a esta aptitud.
Formación, conocimiento y asesoría
El perfeccionamiento profesional es fruto de la formación permanente en las técnicas de ejecución de soluciones y en el conocimiento de los productos. Sólo desde ambas premisas se podrá asesorar a los clientes y prestarles un servicio que les aporte valor añadido tanto en prestaciones como en precios.