Telefónica ha presentado la aplicación Smart Patrimonio que trata de gestionar el patrimonio histórico de manera eficiente aprovechando el potencial de la tecnología M2M
La presentación tuvo lugar en la Muralla de Ávila donde ya está activa la herramienta.
La solución tecnológica Smart Patrimonio pretende transformar el actual modelo de gestión centrado en la restauración correctiva de los bienes hacia una conservación preventiva más eficiente y sostenible. Una solución dirigida a preservar tanto los lugares históricos como los bienes que estos albergan (escultura, pinturas, mobiliario, etc.).
Smart Patrimonio está integrada por una red de 60 sensores inalámbricos a lo largo del monumento, que registran y transmiten a un servidor central los valores de parámetros ambientales, estructurales y de acceso-seguridad, decisivos en la conservación del patrimonio histórico inmueble. Los sensores monitorizan valores como la temperatura, humedad, luminosidad, vibraciones, accesos, etc. Todos ellos se analizan en tiempo real y de forma continua por los conservadores.
La aplicación permite reducir costes, rentabilizar la inversión en restauración, mejorar la imagen del inmueble o elemento, y establecer un compromiso ambiental y social para el disfrute del patrimonio, según información de la Fundación Santa María la Real recogida por DiCYT.
La gestión del Patrimonio Cultural, por su valor y su carácter dinamizador de la actividad turística y económica, es una de las áreas en las que está trabajando Telefónica junto con la Fundación Santa María la Real (FSMR). El acto ha contado con la presencia de Diana Caminero, gerente M2M Dirección Telefónica Digital España; Juan Carlos Prieto Vielba, director general de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico; José Luis Rivas, alcalde del Ayuntamiento de Ávila y Rosa Ruiz, arqueóloga municipal y responsable de la Unidad de Patrimonio de Ávila.
Otro de los espacios que ya cuenta con esta solución tecnológica es el Real Monasterio de Santa Clara, en Tordesillas (Valladolid), dónde más de 20 sensores para controlar aspectos ambientales, así como otros dispositivos destinados a detectar xilófagos, como termitas, carcoma u hongos, que se alimentan de madera. En el caso de este inmueble declarado de interés cultural, los sensores se encuentran situados en tres áreas del edificio: el Refectorio, el Patio Árabe y la Sala Dorada.