El futuro de la construcción pasa por ciudades y edificios inteligentes y viviendas customizadas según el Informe BBB-Construmat
Un nuevo sector de la construcción emerge tras superar la profunda crisis en la que se ha visto sumido en los últimos años. Construir viviendas adaptadas a las necesidades de la demanda y apostar por edificios y ciudades inteligentes donde aplicar las nuevas tecnologías y materiales son dos factores clave para que el sector siga jugando un papel relevante para la economía española. Esta es una de las conclusiones del Informe BBB-Construmat “Diseñando un nuevo ciclo de valor en la construcción” elaborado por el catedrático de Economía Aplicada José María O’Kean para Beyond Building Barcelona-Construmat.
El Informe BBB-Construmat apunta a la necesidad de abordar un nuevo ciclo de crecimiento ante el cambio de coyuntura económica que comienza a vislumbrarse sin volver a modelos del pasado. Para ello, aconseja al sector dinamizar la demanda, adaptándose por completo a ella y teniendo en cuenta las nuevas tecnologías y el cambio tecnológico disruptivo y exponencial actual. Por tanto, el estudio señala que debe detectar como factores determinantes las nuevas necesidades y usos de las personas, los cambios sociales o las nuevas exigencias medioambientales.
Las ciudades motor del cambio
Las ciudades serán el centro del cambio de modelo de futuro para el sector. El hecho de que, en 2050, la población urbana se habrá duplicado, especialmente, en países emergentes, obligará a diseñar nuevas ciudades y a reconfigurar las ya existentes. Unas ciudades que, según el autor del informe, José María O’Kean, han emergido como núcleos capaces de atraer personas y recursos y focalizar grandes proyectos urbanísticos, tecnológicos y empresariales.
Será la eclosión de las Smart Cities, con una mayor necesidad de redes de comunicación inteligentes, infraestructuras de suministros y transportes conectadas, gestión de residuos y recursos medioambientales o sistemas de ahorro energético.
Pero no solo las ciudades deberán ser inteligentes también sus edificios tanto en su concepción, como en su interconexión y sistemas constructivos. En este sentido los avances tecnológicos influirán en el desarrollo de un nuevo modelo de inmueble. El uso de las impresoras 3D, la comunicación Machine to Machine (M2M) o el Internet of Things (IoT) cambiará la concepción misma de los edificios y permitirá la interactuación de los dispositivos de la vivienda, del edificio y de las infraestructuras de la ciudad.
Nuevo ciudadano, nuevo consumidor
En esta línea, el profesor O’Kean apunta que la nueva construcción deberá dar respuesta a la creciente evolución de la población y a su mayor envejecimiento, que obligará a la construcción de viviendas adaptadas a sus necesidades y al diseño de figuras jurídicas y financieras que faciliten, por ejemplo, la permuta y el cambio de derechos de propiedad de las viviendas en el caso de la gente mayor.
Así, las tecnologías de la información, que permiten que los consumidores puedan llegar a concebir y diseñar productos y servicios innovadores, provocarán que los compradores de viviendas puedan elegir las características funcionales de sus hogares y visualizar su vida en ellas. La demanda se impondrá sobre la oferta clásica, cosa que obligará a cambiar el modelo de negocio del sector y la manera de aproximarse a los ciudadanos para adaptar su oferta a la demanda y su manera de construir las viviendas del futuro.
Los nuevos consumidores del siglo XXI, los llamados neoconsumidores, más individualistas y que dan más importancia a las experiencias que a la propiedad de los bienes, obligarán al sector a plantear nuevos escenarios en el diseño, promoción y venta de las viviendas, priorizando el hecho de disfrutar de ella que de ser su propietario, lo que fomentará el alquiler y no la compra, sobre todo entre los más jóvenes.
Edificios del futuro
En este aspecto, el Informe BBB-Construmat presenta cuatro nuevos tipos de vivienda, atendiendo a distintos tipos de consumidores que requieren viviendas diferentes.
Los Simple Buildings, edificios austeros con costes de construcción reducidos destinados a personas con bajo nivel de renta o con alta movilidad laboral; los Wealth Buildings, edificios saludables construidos en entornos naturales y con tecnología aplicada para medir y controlar las condiciones de habitabilidad; los Efficient Buildings, diseñados con las tecnologías más activas en el ahorro y eficiencia energética; y los Connected Buildings, viviendas de diseño futurista vinculadas al IoT. Paralelamente, el profesor José María O’Kean destaca que la rehabilitación de viviendas y edificios públicos constituye una de las principales líneas de negocio en el nuevo ciclo de crecimiento del sector.
El Informe BBB-Construmat reclama asimismo el papel protagonista de las Administraciones Públicas para liderar este cambio de paradigma, solicitando la simplificación de la burocracia administrativa y la creación de plataformas público-privadas para el impulso de las Smart Cities. Y advierte, asimismo, de que fabricantes, empresas y trabajadores deberán aplicar las nuevas técnicas y materiales en un proceso de formación continua y permanente y de que el sector contará con nuevos promotores como los fondos de inversión.
Iniciando la recuperación
El Informe BBB-Construmat que ha elaborado José María O’Kean recoge datos esperanzadores para la industria de la construcción. En su opinión, el ajuste ya ha terminado, y pronostica crecimientos del 5,1% en 2015, (3,3% construcción residencial y 6,4% no residencial) y del 4,5% en 2016 (4,8% residencial, 4,3% no residencial).
La internacionalización, con una cartera de las empresas españolas en el exterior que ya supera los 74.000 millones de euros, jugará un papel importante. A nivel local la nueva tipología de vivienda, la rehabilitación o reconstrucción seguirán jugando un papel clave así como la obra civil que parece también recuperarse una vez realizados los ajustes presupuestarios necesarios. El Informe BBB-Construmat concluye que la construcción seguirá siendo una pieza clave en la economía española como lo ha sido en los últimos 30 años.