El museo más importante de Holanda tiene todo listo para abrir sus puertas de nuevo al público la próxima semana, el día 13, tras una década de obras de reforma liderada por los arquitectos españoles Cruz y Ortiz, que han devuelto al Rijksmuseum el esplendor perdido
En un encuentro con periodistas españoles en Amsterdam, el arquitecto Antonio Ortiz ha recordado el bloqueo que sufrió el proyecto de remodelación y modernización del museo durante dos años a causa de las protestas de la Federación Ciclista de la ciudad, en contra del diseño original que limitaba el paso de las bicicletas a través del corredor central del edificio.
También tuvieron que enfrentarse a la doble función del edificio: por una parte, museo nacional; pero por otra, puerta de comunicación con el sur de la ciudad
El pasaje que diseñó en 1885 el arquitecto Pierre Cuypers como vía de comunicación y que los españoles trataron de modificar también suscitó controversia. «El pasaje interrumpía el edificio, secuestraba el punto central. La única planta que quedaba coherente era la primera. Era un edificio muy confuso, con dos puertas distintas, dos guardarropas, e incapaz de recibir el número de visitantes que se mueven actualmente en estas instituciones».
Alterado e irreconocible
Laberíntico y oscuro, el museo que se encontraron los arquitectos españoles estaba «dramáticamente alterado, irreconocible» respecto al original de Cuypers, que cuando se construyó no gustó nada en Amsterdam. De hecho, la mentalidad calvinista hizo que las paredes se blanquearan y que de las mismas fueran desapareciendo todo tipo de ornamentación. A este hecho se suma el que la arquitectura del siglo XIX «fuera rechazada y algo a desdeñar durante el siglo XX. Creo que en la actualidad hay más respeto por la arquitectura de ese periodo». El Rijksmuseum había perdido totalmente unos orígenes, que Cruz y Ortiz han vuelto a recuperar en una labor en la que ha sido muy importante el hecho de que todo estuviera perfectamente documentado. «La fidelidad de los planos antiguos ha sido una sorpresa. Todo se corresponde con lo que está detallado en los mismos».
Atrás quedan años de conflictos y de dificultades, atrás quedan los obstáculos y las trabas para que el Rijksmuseum, la casa de Rembrandt, vuelva a lucir con su esplendor, con “La ronda de noche “ como la pieza anfitriona que dé la bienvenida a los visitantes.