El hormigón biológico desarrollado por los investigadores de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) del Grupo de Ingeniería de la Construcción, ha sido galardonado en la categoría de Proyecto Inovador en la 16ª edición de los premios Beyond Building Barcelona-Construmat
Los sistemas de hormigón biológico actual presentan algunos inconvenientes como por ejemplo los costes de instalación y mantenimiento o la restricción que puede darse en su uso para rehabilitaciones. Este proyecto pretende dar respuesta a las limitaciones actuales y permite un elevado grado de integración, tiene un coste menor y un uso más amplio. La innovación de este hormigón es que se comporta como un apoyo biológico natural para el crecimiento y desarrollo de determinados organismos biológicos, concretamente de ciertas familias de microalgas, hongos, liquens y musgos.
Otra de las particularidades del hormigón biológico es que disminuye los impactos negativos de la industria de la construcción y, desde un punto de vista ecológico, contribuye al mantenimiento de la biodiversidad, así como también a la purificación del aire.
Reducción de CO2
El hormigón biológico funciona no sólo como material aislante y regulador térmico, sino también como alternativa ornamental, de forma que sirve para decorar la fachada de edificios o la superficie de construcciones con diferentes acabados y tonalidades cromáticas. Está pensado para colonizar áreas determinadas sin necesidad de cubrir toda una misma superficie incorporando variedad de colores. La idea es crear una pátina de materia como cobertura biológica o pintura “viva”. Por otro lado, también ofrece posibilidad de usos en zonas ajardinadas como elemento decorativo y de integración paisajística y sostenible.