Tras un análisis de las patologías que arrastra la catedral de Coria, el Gobierno de Extremadura acometerá una intervención sobre este edificio histórico
La consejera de CUltura, Trinidad Nogales, en su visita a la catedral de CoriaTrinidad Nogales ha indicado que el equipo de la Consejería de Educación y Cultura lleva trabajando en este proyecto desde que asumió la responsabilidad de gobierno en materia patrimonial. La consejera ha recordado que a pesar de que el Plan Director de la Catedral de Coria se redactó en el año 1999, fue en 2007 cuando se inició el primer programa de actuación. Trinidad Nogales también ha indicado que el Gobierno de Extremadura ha “desbloqueado los trabajos precedentes” sumando las fuerzas de la Diócesis y del Instituto del Patrimonio Cultural de España con el objetivo de avanzar en este proyecto de consolidación de la catedral de Coria. “Vamos a empezar desde los cimientos, dotando de estabilidad al edificio”, insiste la consejera. Nogales ha asegurado que “tras una diagnosis certera”, ahora comenzarán las obras.
Por su parte, el obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, también defiende que “lo primero que se debe hacer es acometer la estructuración de la catedral, para que se pueda mantener en el tiempo el edificio más importante de la diócesis”.
El alcalde de Coria, Juan Manuel Ballesteros, por su parte, aseguró en la visita que “en Coria estamos de enhorabuena ya que por fin se va a intervenir en la catedral”. El alcalde añadió que “hoy sabemos cuál es la patología, cuáles son las debilidades y cuál es la intervención que hay que hacer”.
BIEN DE INTERÉS CULTURAL DESDE EL AÑO 1931
La catedral de Coria es un Bien de Interés Cultural declarado como Monumento en 1931. El edificio incluye aportaciones de muy diversas épocas. Sobre una fundación tardo-romana o visigoda (de la que se conservan restos arqueológicos) y sobre posteriores construcciones de etapas musulmanas se edificó a principios del siglo XII un primer templo catedralicio de tres naves. Este templo basilical sería objeto de sucesivas reformas, las más importantes de las cuales fueron la aportación del claustro y la sillería a finales del siglo XV. En el siglo XVI se rehízo por completo el edificio, modificando la planta y ampliándolo e incorporando restos medievales que se conservan parcialmente embutidos en los muros laterales de la nave.
A lo largo de la historia constructiva han sido numerosos los procesos de ruina y de construcciones de refuerzos, tanto en el siglo XVI como posteriormente a finales del siglo XVIII a raíz de los graves daños sufridos tras el seísmo de 1755.