La Federación Europea de Trabajadores de la Construcción y Madera (FETCM) ha lanzado una campaña europea contra las sociedades constituidas con el fin de incumplir obligaciones legales

Federación Europea de Trabajadores de la Construcción y Madera

La Federación Europea de Trabajadores de la Construcción y Madera , FETCM, ha puesto a disposición de todos sus sindicatos europeos afiliados una serie de información y herramientas para que éstos puedan dar difusión a la campaña.

A fin de que dicha acción sea un éxito, hoy, 23 de junio, la propia FETCM junto a diferentes sindicatos belgas, distribuirá folletos en las diferentes instituciones europeas en Bruselas.

Las Sociedades ficticias son constituidas por personas y a veces por sociedades que cometen fraude. Se constituyen por dos motivos: para realizar mega beneficios a costa de los trabajadores y las autoridades, y para ocultar la verdadera identidad del (de los) propietario (s). A menudo, las sociedades ficticia son administradas por testaferros (normalmente abogados, asesores, banqueros y notarios). Estos testaferros suelen trabajar a base de un mandato de modo que pueden actuar anónimamente en nombre del (de los ) propietario (s). Por consiguiente, resulta muy difícil descubrir la identidad de los verdaderos propietarios.

Una característica de las sociedades ficticias es que pueden constituirse muy rápido, y muy barato. Una sociedad ficticia puede constituirse y disolverse en unos minutos, lo cual dificulta aún más cualquier control.

Además de no pagar impuestos, estas sociedades “fantasma” se usan cada vez más para no pagar las cotizaciones de los trabajadores y trabajadoras a la seguridad social. Este sistema de explotación se observa sobre todo en los casos de empleo transfronterizo temporal. Por consiguiente, en caso de enfermedad o accidente los trabajadores y trabajadoras no gozan de ningún seguro y no tienen derecho a, por ejemplo, un subsidio de desempleo o pensión.

Según el derecho  europeo, todas las sociedades ficticias son perfectamente legales. Es más: Europa las fomenta. Suelen constituirse en países que no prestan demasiada atención al control de las sociedades y que tienen una severa obligación de discreción… en estos países las sociedades ficticias son totalmente legales. El problema es que dichas sociedades extranjeras a menudo se usan para eludir (léase: no pagar) en otro país obligaciones impuestas por las leyes o convenios colectivos. En los países donde las sociedades ficticias son supuestamente activas son consideradas una “Construcción ficticia”. En la práctica, para estos países es muy difícil emprender acciones contra las mismas.

Por todo ello el problema es una cuestión de calado europeo. Durante muchos años, Europa ha alentado y fomentado conscientemente las sociedades ficticias a través del sistema de la “libre prestación de servicios”. Europa ha dificultado para los países el control y la lucha contra la legitimidad de las sociedades de dicha naturaleza. La libre competencia europea las  ofrece “total libertad” gracias a lo cual pueden evadir legalmente miles de millones de euros de impuestos y seguridad social, así como explotar libremente a los trabajadores

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