El sistema REBRICK separa los ladrillos reutilizables procedentes de demoliciones y elimina el cemento y el hormigón para uso

La fabricación de ladrillos es un proceso en el que se realiza un uso muy intenso de energía y otros recursos. Además, cuando se demuelen edificios de ladrillos, la mayoría de los escombros resultantes -que pueden contener varios miles de ladrillos enteros- van a parar a vertederos o bien se trituran.

Dentro del proyecto financiado con fondos europeos REBRICK («Market uptake of an automated technology for reusing old bricks») se ha desarrollado y probado un sistema nuevo que clasifica automáticamente los residuos resultantes de una demolición separando los ladrillos reutilizables.

En palabras del coordinador de este proyecto, Claus Nielsen, de Gamle Mursten (Dinamarca): «En el mundo hay millones de edificios de ladrillos. Cada vez que se demuele uno de ellos, sus ladrillos podrían aprovecharse para un edificio nuevo y así escribir con ellos una historia nueva. Los ladrillos pueden durar fácilmente varios siglos, pero los que se encuentran en escombros resultantes de una demolición sencillamente se desechan o, en el mejor de los casos, se trituran y emplean como material agregado para aplicaciones de grado inferior como la construcción de carreteras o subbases».

El sistema de REBRICK, patentado ahora por Gamle Mursten, permite eliminar de forma automática el cemento y el hormigón de los ladrillos viejos. Estos se pueden reutilizar a continuación para la construcción de un nuevo edificio.

En palabras de Nielsen: «Podemos reutilizar los ladrillos, transferir su historia y aplicar su carácter a edificios nuevos; así se convierten en ejemplos tangibles del potencial que encierran los escombros de demolición».

Las entidades asociadas al proyecto han logrado progresos a una velocidad excepcional, ya que en menos de dos años ya tienen funcionando en Dinamarca dos plantas de limpieza de ladrillos a plena escala. Ahora se han propuesto establecer otras dos plantas en otros países, como Polonia y Alemania, en cuyos sectores de demolición existe una gran actividad.

Si lo consiguen, el sistema de REBRICK podría propiciar una reducción anual de los residuos de 24 000 toneladas en el segundo año tras la finalización del proyecto.

Según explicó Nielsen: «Nuestro método asegura la disponibilidad de un material de construcción sostenible y, al mismo tiempo, genera empleo ecológico y contribuye a una producción sostenible y a un desarrollo respetuoso con el medio ambiente en los sectores de la construcción y la arquitectura».

«A la larga, REBRICK podría beneficiar a millones de personas, al poner ladrillos antiguos y bonitos a disposición para la construcción de edificios nuevos en toda Europa».

La competitividad de este sistema está ya demostrada, puesto que las dos plantas operativas en la actualidad ya están vendiendo todos los ladrillos reciclados que producen. Según Nielsen, ha sido prácticamente imposible mantener existencias por la elevada demanda.

El consorcio responsable de REBRICK, que concluirá al término de 2013, recibió una financiación de la UE próxima a los 700 000 euros a través del Plan de Acción sobre Ecoinnovación.

Imagen: lapidim via Compfight

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