La Concatedral de Santa María de la Redonda será sometida a un tratamiento preventivo-curativo durante los próximos cinco años para erradicar por completo la presencia de los insectos xilófagos
La Concatedral de Santa María de la Redonda ha comenzado a recibir un tratamiento preventivo-curativo para eliminar la plaga de termitas que afecta a varios retablos, tarimas y sillerías.
Tras un análisis previo para localizar y determinar la intensidad de los daños en los elementos del maderamen del templo, Tecma-Rentokil, ha instalado un eficaz sistema de cebos que permitirá controlar las colonias de termitas, conocer su ubicación y acabar con ellas. El objetivo de la empresa es localizar las zonas de riesgo de presencia de termitas y entrar en contacto con la colonia para poder eliminarla por completo.
El método Sentri-tech, consistente en la colocación de estaciones de cebos con celulosa impregnada con un IGR, molécula que impide el desarrollo de los insectos, logra que las termitas se alimenten de los cebos y los repartan al resto de miembros de las colonias, lo que provoca la eliminación de todas progresivamente. El tratamiento tendrá una duración de cinco años y seguirá un riguroso proceso de instalación, eliminación y mantenimiento de las zonas tratadas, incluyendo revisiones periódicas y reposición de cebos, con el fin de extinguir los insectos xilófagos completamente y paliar los efectos y daños causados por su presencia.
Tarima, retablos y sillería de Santa María de la Redonda han sido el blanco de los ataques de esta plaga tan difícil de detectar. Según Jacinto Diez, Director de Comunicación de Rentokil Initial “las termitas obreras son muy voraces y construyen galerías en el interior de la madera, de la que se alimentan y que resultan invisibles al ojo humano ya que no dejan muestras externas del ataque ni orificios de salida, esto normalmente dificulta una detección precoz y como consecuencia estos ataques pueden llegar a poner en riesgo la solidez de las estructuras y causar graves daños en numerosas obras de arte”.
Con este tratamiento antitermitas y la correcta conservación de la nueva madera tratada e instalada por parte de los expertos, la Concatedral logroñesa quedará finalmente libre de la presencia de estos insectos.